Teatro

Las criadas en el Ateneo de Madrid

Un momento de la representación
Un momento de la representación

El grupo de teatro «La Cacharrería» representó ayer tarde-noche en el Ateneo de Madrid («¿quién no ansía llamarse socio»?) la obra Las criadas de Jean Genet. Primero, mis felicitaciones por la interpretación en todos los sentidos (movimientos, dicción, vestimenta, acción, luces, etc.); simplemente de impresión, y eso que estamos hablando, supongo, no de un grupo profesional sino de  aficionados, amantes de la cultura; digo esto porque, a veces, se va al teatro realizados por profesionales, pagas 14,18 y hasta 25 euros y, muchas veces, sales con la idea de que es demasiado caro para lo que has visto; hay que decir a continuación que esta obra se pudo ver por 4 euros en una sala abarrotada; el público en el teatro lo dice todo. J. Genet forma parte de lo que se ha denominado «teatro del absurdo»; su común denominador: la rebeldía en todos los ámbitos, y eso es lo que consigue con las criadas: que la rebeldía nos conduzca a la liberación.

Las sillas en el Ateneo
Las criadas en el Ateneo
Ensayo

Desafío al maratón. ¡Enhorabuena!

Desafío al maratón. La realidad  del maratón popular en boca de los propios atletas. Es el título del libro de  Alfredo Varona. A ciencia cierta me he entregado a su lectura como el pan que nos alimenta, con un afán no tanto por la forma sino por conocer los entresijos de quien participa en el atletismo no en demasía, así de nítido.

Una pregunta que subyace en el libro es ¿»A qué hora puedo entrenar»? Aquí no vale decir es que tengo mucho trabajo, apenas tengo tiempo. Si dices eso, te falta voluntad para el atletismo y para todo. El corredor entrena cuando puede, no cuando quiere.

Coda. En estos momentos aún no ha terminado el Maratón de Madrid. Vaya mi felicitacioón más entusiasta a todos los que ya han finalizado y a los que áun con esfuerzo les faltan unos pocos kilómetros. Aunque yo no me inscribí, sin embargo, en un lugar indeterminado me uní para que me sirviera de entrenamiento para la gran cita que tengo el 17 de mayo en Göteborg. Cuando pasaba por el Paseo Moret (Parque del Oeste, en el distrito de Moncloa), íbamos como un río que nos lleva-me acordé del famosísimo poema de Gerardo Diego, en concreto del verso «nadie a acompañarte baja / sino…». Pero, eso sí, una vez que enfilábamos la Avenida de Valladolid, de vez en cuando, había pequeños grupos de gentes que daban ánimos. El fervor de los aplausos y el entusiasmo hubo que esperar al puente entre la estación del Norte-Madrid Río para adentrarnos en la Casa de Campo; en esta en un lugar indeterminado torcí a la derecha y abandoné la carrera para dirigirme corriendo a los campos de la la Universidad Complutene ubicados en la Ciudad Universitaria.Total una hora y media de entrenamiento en una mañana primaveral.

Personales

Homenaje a Vázquez Montalbán

Apenas sesenta personas en el Centro Cultural Blanquerna de Madrid para homenajear, ayer, al periodista, novelista y  poeta Vázquez Montalbán dice bastante. Me sorprendió que el salón no estuviera abarrotado, aunque solo sea como recuerdo de la columna que leíamos los lunes en el diario El País, aún no superada; se acercó Eduardo Mendoza pero sin que los lectores tuviéramos noticia, desapareció; el resto, estuvieron a años luz. Era lo primero que se leía. Pero, también, nos queda en la memoria  sus escritos en Triunfo, La Calle, Por favor, Interviú, el Periódico, etc.

Se anunció que el día 24 de abril se proseguiría con el homenaje; esperemos que el público acuda para reverdecer su obra periodística y literaria.

Personales

De vuelta al «rompeolas de todas las Españas»

Abril, 2004
Abril, 2004

Otra vez al duro bregar intelectual después de haber pasado unos días en un trozo de Extremadura en donde mana la leche y la miel; no es una expresión baladí, es así. Ahora en el entorno en que nací está esmaltado de aire paradisíaco; las flores blancas de las jaras en las que se adentrarán, libarán, las abejas para producir unas de las mieles más naturales aunque después en algunos tarros escriban que son de otras tierras; son exigencias del mercado, pero los que hemos nacido por estos parajes lo sabemos y, sobre todo, las distinguimos, «porque semo asina del coló de la tierra» como cantó el poeta hoy casi olvidado por ignorancia de los que lo sepultan, y no hace falta decir más («Intelligenti pauca»). Son los alicortos, los que se creen que han creado el mundo y apenas leen; se columpian en «dimes y diretes»; y lo peor es que viven de esos chascarrillos; abundan más de lo que parece.

Camino de peregrinación a Guadalupe
Camino de peregrinación a Guadalupe
Personales

Evocación a García Márquez

Me enteré de su muerte, en Extremadura, a última hora del día del amor fraterno-jueves santo-para los cristianos o, al menos, eso es lo que me enseñaron a los siete años antes de la primera comunión, además de otras cosas. Inmediatamente lancé un «Twitter» «urbi et orbi» en el que señalaba que el mejor homenaje que podíamos tributarle era leyéndolo. No sé si todos los que alardean del escritor lo han leído o simplemente han memorizado alguna obra  y para de contar; espero que lo lean y después hablen.

Después de estas introductorias líneas, por qué no recordar lo que Ernesto Sábato dijo-ya lo he publicado en mi libro Literatura y Periodismo, hoy- en los cursos de verano de la Universidad Complutense de San Lorenzo de El Escorial, que los españoles no valorábamos una novela mejor que Cien años de soledad. En ese momento hubo un silencio sepulcral-fue en el aula Magna de los agustinos, no en la actual, sino la del convento- al pronunciar La saga/fuga de JB de Torrente Ballester. Con esta anécdota, en modo alguno, quiero menguar a la novela más exitosa de García Márquez sino una reflexión más y una opinión de otro escritor del llamado «boom» aunque para algunos no formaría parte.

Para el que suscribe estas líneas, quizá, sea El coronel no tiene quien le escriba  lo emblemático de la novela de García Márquez-en Colombia se leerá en las más de 1.400 librerías, hoy-, y lo he manisfestado cuando se me ha preguntado; soy consciente de que somos muy pocos los que pensamos así, pero ahí queda. Nunca me gustó ir por el redil o el pastoreo.

Hoy, el diario El País le dedica 4 páginas, el domingo 7 y el viernes un caudernillo de 16. Es lo que ha dicho la crítica y amigos. Lo hemos leído. Ahora nos toca a esos millones de lectores. Elijamos una novela o cuento y después pongámonos a escribir; esto es, quizá, lo que le hubiera gustato a García Márquez. Atrévete.