Personales

III Carrera Go fit Vallehermoso de Madrid

Esta mañana he participado en la III Carrera Go fit de Madrid Vallehermoso. La mejor descripción que he sentido al terminarla ha sido como un baile sin música. No se ha avanzado ya que es la tercera vez que  nos convocan. Por otra parte, estas líneas también pueden llevar el título de la carrera del silencio, solo se oía el «run, run, run de los coches» que añadían más aire viciado para los/as atletas. Algunos vigilantes que controlaban la carrera nos aplaudieron. Y cómo no, gracias  esa persona que me gritó: ¡»animo profesor»! Se nota que los de «Go fit» son novicios en las carrreras; hay que exigir algo más.

Y a propósito de «La zona fantasma» de Javier Marías en el diario El País de hoy. No ha descubierto el mediterráneo cuando escribe «que los vientos del autoritarismo son demasiados contagiosos». Toda persona que ejerza poder se deja llevar por el autoritarismo no solo en política; también en la enseñanza, en el periodismo, en la empresa, en la familia, etc. Ahora bien, el señor Marías arremete contra un editorial del periódico y algunos partidos políticos. Lo primero, usted puede escribirlo; ahora bien, en cuanto al editorial para mí lo más importante es que se una  a las ideas del Ayuntamiento y podamos respirar un aire más limpio. Por ejemplo, esta mañana el aire estaba contaminado y para los corredores-por cierto que pagamos- es pernicioso. No sé de dónde se saca, señor Marías, los contenidos de las seis primeras letras del abecedario; en ellos, también hay un aleteo de autoritarismo, del que también discrepamos muchas personas del mundo en que me desenvuelvo. Por cierto, yo sí me alegro del impuesto de circulación a los automovilistas; es una forma de que con ese dinero se limpie Madrid.

Finalmente, olvide el carácter imperativo de «quieran o no» y quédese con el condicional «si se quiere proteger la salud». No se recueste en la frase ya manida «libertades individuales» a la que se recurre cuando nos molesta, y abandere el aire limpio que también deseamos otras personas.

Personales

El chascarrillo «nuevo periodismo», que no se sostiene

Pensé que el sarampión del «nuevo periodismo» había sido superado; pero no, se prosigue con el chascarrillo insostenible, se mire por donde se mire, con motivo de la muerte de  Tom Wolfe. Lo que hizo fue introducir la literatura en el periodismo, lo que se ha llamado el relato informativo en el que subyacen los elemento fundamentales del hecho narrativo, como el monólogo interior, la descripción, la observación, las coordenadas espacio-temporales.Exactamente lo que hace Talese que siempre estuvo «orgulloso, de contar las historias tal y como fueron sin engrandecerlas».  Nada nuevo si leemos el mejor periodismo inglés y español del siglo XIX. Hay que desterrar  lo que  se repite machaconamente: Talese, padre del nuevo periodismo junto a Wolfe, aunque para los menos versados solo citen a este último. Esto aburre.

En España tomó cuerpo en los años ochenta. Me viene a la mente el Doctorado en Ciencias de la Información en el despacho del profesor Martínez Albertos; fueron auténticos debates-por cierto, no faltaba nadie y con puntualidad-. Fue uno de los cursos más fructíferos- me refiero del Doctorado porque en la Licenciatura no lo tuve-. Tal vez yo puse más ardor cuando debatimos el rótulo «nuevo periodismo» o el larriano «Ya soy redactor» ya que era Doctor en Filología Hispánica y Catedrático de número de Lengua y Literatura. Sea como fuere me lancé con la máxima: en su nacimiento, el periodismo fue el mundo de la literatura. Por no remontarnos a la antigüedad, los juglares y trovadores transportaban las noticias y la literatura, y aquellas revestidas de lo literario. Los pliegos sueltos era verdaderos textos periodísticos-literarios que fueron pregonados por truhanes y mendigos en las ferias y mercados. Su difusión alcanzó gran importancia, sobre todo entre las gentes del común que no podían comprar libros. No es el momento-ya lo hice- de diferenciar el periodismo de la literatura, aunque en muchos aspectos estén imbricados. El periodismo se arropó de literatura, y esta esanchó su campo con las nuevas formas periodísticas.

Cómo no recordar a Antonia Gala que  en el suplemnto dominical de El País, titulado «En propia mano»; se despachó a gusto cuando arremetió contra el marbete de «nuevo periodismo»: «el denominado nuevo periodismo (que consiste, según sus representantes, en no saber escribir y en salpicar de olor dudoso las cuartillas) y la baja estofa del envase en que se sirven los artículos, de aquí a nada, para leerlos buenos, tendremos que reeditar a tres o cuatro nombres ya póstumos, o a punto».

Un ejemplo que siempre se ha citado para relacionar el periodismo y las técnicas de la novela realista ha sido el libro Los ejércitos de la noche, publicado en 1969, de N. Mailer en el que interrelaciona historia, reportaje y novela. La protesta por la guerra de Vietnam se convierte en una narración; la marcha hacia el pentágono es verídica, pero antes, este hecho real, el autor sabe adobarlo con germen literario. es lo que se llamó «el nuevo periodismo», cuando en realidad estábamos ante el periodismo de siempre; un periodismo que se leyera como una novela.Portada de la obra Literatura y Periodismo en el siglo XXI

Ayer, ante las dos páginas de El País, respondí vía twitter que ni Wolfe, ni Talese, ni Capote, ni Mailer inventaron nada. Y además añadía que antes de escribir hay que saber. Muy pronto nos olvidamos de lo que se enseña en las Facultades de Ciencias de la Información: conocer, comprender, confirmar, contar. Las famosas cuatro «c».

Finalmente,vamos a ver y recordar: el término «nuevo periodismo» (new journalism) apareció por vez primera en el año 1889. Matthew Arnold fue el primero el que lo utilizó en el diario vespertino Pall Mall Gazette, por cierto que acogió a dos literatos de renombre como G.B. Shaw y O. Wilde.

Y como hoy en el diario El País ha saltado la noticia de una nueva obra teatral de los hermanos Machado, recordemos lo que Antonio escribió en La Voz de Soria: «Rehabilitemos la palabra en su valor integral».

Pérez Galdós

Desagravio al más grande escritor después de Cervantes: Pérez Galdós

De vez en cuando, los lectores/as tenemos que rebelarnos ante opiniones que parten de los que deberían ser luz por sus comentarios que no se sostienen. El domingo pasado fue Javier Marías en su «La zona fantasma» en El País Semanal (1-12-2013) del diario El País. Vaya por delante que es lo primero que se lee en casa porque se le admira como escritor.

La expresión «que a menudo me resulta acartonado, sobre todo en tantos diálogos impasables y en tantas estampas apegadas en exceso a la literalidad de su tiempo, es decir, al reportaje». Hace mucho tiempo en un debate sobre la novela anglosajona le dije si había leído a Galdós; en aquel momento dijo que no. Espero que ahora lo haya leído, pero desde luego está muy lejos de ese adjetivo fuera de tono: «acartonado». En el Diccionario podemos leer dos acepciones:- «que tiene el aspecto o la consistencia de cartón» y -que carece de vitalidad o espontaneidad». Por mucho que doy vueltas a sus cuentos, novelas, teatro, episodios nacionales, artículos en prensa, no me viene al pensamiento ese adjetivo; todo lo contrario, muy lejos de él. ¿Por qué lo ha escrito? El sabrá. No vale apoyarse para encumbrar a otro: » Yo veo mejor el Londres del siglo XIX en las obras de Dickens llenas…» Le recuerdo que Dickens fue un espejo para Galdós, recordemos la expresión con que lo definió: «mi maestro más amado».

La excelencia de Pérez Galdós ya la he descrito en este «blog» por lo que no voy a insistir en lo mismo. Pero como coda: si hay un Premio Nobel (con acento tónico en la /e/) merecido, aunque no llegó a recibirlo, en lengua castellana ese es el escritor canario-madrileño-santanderino.

Personales

Segundo día de selectividad en Madrid

No me ha causado sorpresa, los lectores del diario El País estamos acostumbrados,  que la información sobre un acontecimiento primordial, como son las pruebas de selectividad, se arrincone a la página 4 del suplemento Madrid, y encima en página par. Ni siquiera en la portada del suplemento se nos informa; al parecer tiene más importancia lo de «Tío Pepe». ¡Todo un hito para los anales del periodismo! Pero, este es el periodismo que tenemos.

Por si fuera poco, el título de la crónica de P.A. me saca de quicio. Que yo sepa- soy vocal- el estreno no versó sobre Historia o Filosofía sino que fue  Comentario de Texto, Lengua y Literatura, que nombra de pasada. ¡Qué oportunidad ha perdido el periodista para ahondar en los dos temas que cayeron: «Realismo y naturalismo en la novela del siglo XIX» y «La poesía de la Generaciópn del 27» para reivindicar el conocimiento, la solidaridad y la generosidad que traslucen en los temas nombrados en estos días de tribulación; por ejemplo, la poesía como casa de misericordia o los nombres de Pérez Galdós, Clarín y Pardo Bazán como sustratos de tantas cosas existenciales como nos conciernen hoy.

Estoy convencido de que estos jóvenes, en el segundo día, vienen más tranquilos; respiran conocimiento y se muestran más cercanos, más sonrientes, despopjados ya de lo típicos nervios del primer día. Los veo pletóricos, con ansias de convertirse en universitarios. Espero que encuentren lo que desean y no desbarren el primer año, no pronuncien la expresión:»¡qué desilusión!, esperaba otra cosa». La ilusión, la utopía, la heterodoxia, deben predominar, ser simiente, en la Universidad.