Novela

Una novela distinta: Perdón

No es posible el culto a una persona por mucho enamoramiento que haya porque  casi siempre aparece esa brizna que lo destroza. No esperas de una pareja prendida de amor que pierda su lozanía, su vigor.El tiempo como destructor de lo más grande que tenemos los humamos: el amor.

La novelista noruega, Ida Hegazi Hoyer, ha hilvanado unas relaciones amorosas que nos absorben entre dos jóvenes; nos mantiene en vilo con ese manto de palabras que pule, que nos deja inquietos y no nos permite parar  su lectura; nos engancha para que no la abandonemos. Es una carta novelada a un estudiante de filosofía del que se enamoró. El anillo de sedal es la señal de un momento de entrega, de dicha de ese amor surgido en la playa a primera vista; es el regalo del joven hecho de hilo de pescar que según avanzamos en la lectura lo define como «sagrado», pero que también va a representar las decepciones que poco a poco irán surgiendo; cada una de ellas harán que se adentren en su ser produciendo dolor e incluso infección («un pliegue en la piel del dedo cubierto de cicatrices; tu anillo que se revienta hacia el interior», pág. 242). Para el lector todo esto sorprende y más cuando se fueron a vivir juntos en el mismo instante de conocerse. A mitad de la novela, la madre de la protagonista le dice a su prometido:»To say I love you one must first be able to say the I» (Para amar, primero hay que saber con qué se ama). «Recuérdalo, repitió, no lo olvides nunca». Esta idea revoloteará hasta el final.

Sinceramente con esta novela, ¿qué se pretende?, ¿recordarnos que la mentira-o la ocultación de hechos- es un mecanismo de defensa que usamos los humanos como necesidad para mantener relaciones comunicativas?; ¿o la frase hecha dime que me quieres aunque sea mentira?; ¿los personajes que aparecen en el escrito son en realidad así o predomina la apariencia, el otro yo?; ¿podemos hablar de ficción, o es que en realidad es puro realismo y lo disfrazamos de ficción? Estas preguntas y muchas otras te van surgiendo a medida que avanzas en la lectura. La narradora es tan vivífica que no me cabe duda de que  es la fidelidad a su propia memoria y esto siempre tiene un sesgo singular ya que el otro protagonista no puede defenderse.

El final me ha sorprendido – aunque, sinceramente, no lo busco en la novela ni es capital- Para mí, lo primordial,aparte del lenguaje, es la cantidad de ideas que aparecen y cómo se organizan; y, claro, si me sirven para la vida. El problema,quizá, es que debió decirlo antes, no después como ocurre en Cinco horas con Mario-aunque en esta tenga mis dudas de que la mujer estuviera enamorada-, que sí ocurre en Perdón. Título que  se puede entender pero que otro hubiera ido más allá. Después de todo, las últimas páginas son sobrecogedoras, repletas de sinceridad, de humanismo («Porque te llevo en la sangre. Escucha. Desearía que lo supieras (…). Te llevo en la culpa que has plantado, en las manos, en los ojos y en la boca (…) Pero sé, y quiero que lo sepas que cuando llegues al corazón, me moriré». Todo un alarde de sinceridad en ese mar de desencuentros entre el tú y el yo en el que caben el alcoholismo, la soledad, el suicidio, la mentira, la dependencia, el machismo, la entrega, el no saber, la cultura, el alma, lo inalcanzable. Son relaciones humanas, a veces, difíciles de entender.

 

Portada

 

Hegazi Hoyer, Ida, Perdón. Madrid. Nórdica-libros, 2017

Novela

Donde el corazón te lleve

El título original: Va’ dove ti porta il cuore. Es una novela de la italiana Susanna Tamaro, que,al parecer, ha batido récords de lecturas. El tema no es nuevo; el problema existencial nos apabulla y estamos siempre con preguntas.Pero, en el fondo, es un canto a la vida que se nos escapa.Nada nuevo, pero sí el recuerdo de lo que hicimos y haremos, y así vamos dando tumbos sin que sepamos el final.El hado nos persigue y no podemos pararlo.

La novelista descorcha el título en las últimas líneas:»Y luego, cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer, o te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda. Respira con la confiada profundidad con que respiraste el día en que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga:aguarda más aún. Quédate quieta,en silencio,y escucha a tu corazón. Y cuando te hable,levántate y ve donde él te lleve». Qué difícil expresión: cuando te hable el corazón, levántate y ve donde él te lleve. Probablemente si hubiéramos hecho esto el mundo sería otro y nuestra forma de respetarnos otra.

En sí, se trata de una carta-diario-testamento de una abuela que hizo de madre que comienza el 16 de noviembre y termina el 22 de diciembre, fecha esta última escogida a propósito por la espera de la Navidad en el mundo cristiano.Se lee de un tirón porque nace del corazón, de la generosidad,de la sangre,de la verdad, del testimonio, de la cruda realidad, de la visión de generaciones distintas, pero que en ellas subyace que la primera revolución que hay que realizar es dentro de uno mismo y que las raíces y nuestra manera de proceder ha de tener la misma medida. La consistencia de ambas deben estar cohesionadas para que cuando se presente el viento huracanado no nos destroce. El problema, entonces, radica en cómo ordenar los pensamientos y alardear de la frase clásica «conócete a ti mismo»(γνῶθι σεαυτόν,estaba en el pronaos del templo) que los griegos-se atribuye a Heráclito, Pitágoras, Sócrates, Femonoe, etc.- propalaron hace ya muchos siglos. La pura conciencia se levantará y nos guiará como maestra de la sabiduría.