No sé cuánto se ha leído de Clemens Brentano ( 1778-1842). Ahora tenemos la oportunidad de detenernos en un escritor del romanticismo alemán-en el que sobresale la libertad de crear con esa técnica «pictórica literaria»- en una edición accesible.
Conviene antes del comienzo de la lectura de la obra, leerse el contexto social en que se produjo; así se entenderá mejor y aun nos quedará la duda de algunos aspectos. Sorprende que el autor se decantara por este escrito: «Esta predilección se hace evidente porque fue la única narración que el escritor permitió que se publicara en vida», pág, 117. Todo bien cimentado por la editora Rosa María Gil «con el fin de acercar al lector la obra en todo su valor y dimensión», pág.119.
El que se denominara «cuento de hadas» me llega a pensar que iba dirigido a todos los públicos, de ahí la fantasía que subyace, a parte de su amenidad, sencillez y adobado por el elemento poético en ese ámbito. en el que el lector se siente dueño para asimilarlo en libertad. Pero el hecho de que se inspirara en las ruinas de un monasterio contribuyen a ubicarlo en el romanticismo como uno de los temas o lugares fundamentales del mismo. El castillo, por tanto, de la familia Gozkel se asemeja a la idea que el autor quiso plasmar. El pasado con el presente-aunque en ruinas- debe fructificar y dar una nueva vida en varios planos. Es decir, la naturaleza unida a lo humano como hecho primordial del romanticismo.
Ese pasado, al mostrar ese castillo derruido y el gallinero que sirve para ver a Gockel, Hinkel y Gackeleia, nos muestra desde dónde se parte para atisbar el futuro. Solo la naturaleza no puede servir para cimentar una nueva sociedad en la que hubiera sosiego y esperanza ( «La hierba y las plantas crecían por todos los rincones, y los pájaros desde el diminuto chochín hasta la cigüeña, anidaban en el abandonado castillo»). A partir de aquí, el humanismo se adueña de lo terrenal o sirve como dicotomía necesaria para un nuevo mirador por lo que la felicidad debe ser fundamental. El humanismo se hace sensible cuando se nos describe ya en las primeras páginas la tranquilidad, la musicalidad hecha poesía: «En los ríos transparentes / todos buscan calma y paz / y no juegan más los peces / porque quieren descansar / y se duermen escuchando / ondas de agua murmurando / en las piedras del lugar. / ¡Arrorró y buenas noche! / Hinkel, Gazkeleia y Gozkel!», La naturaleza evoca canto, libertad, ensueño, utopía para encarnarse en lo humano.
También Cl. Brentano aprovecha la relación entre los animales y el ser humano tan característico en muchos momentos de la historia de la literatura para hacernos ver la diferencia entre el bien y el mal. El paralelismo entre las dos modalidades se percibe al sentir las dos especies. Los animales que hablan parece como si fueran más allá de lo que las personas somos. El relato propuesto por Brentano nos hace comprender que los animales que intervienen-los ratones, la golondrina, el gallo, etc.- hablan en verso con los humanos. Da igual que las personas se adapten a los animales, como sean estas las que se humanicen. Lo capital es la convivencia que surge para vivir; el aprendizaje es sobrecogedor.
Hechos concretos a lo largo de la literatura, bien sea oral o escrita, se atribuyen al gallo con atributos personales como en este cuento; es el espejo de Gockel en el que permanecerá (…»pero cuando los enemigos del castillo arrasaron todo, el gallo, que siempre había sido alimentado por la familia, se tragó la valiosa piedra para que no pudieran apoderarse de ella«). El hecho de que el gallo manifestara de que un antepasado de Gozkel «había sido el poseedor de la piedra del anillo de Salomón»… De ahí que Gozkel no quería sacrificar al gallo, «porque era una ley sagrada de la familia no matando nunca hasta que él mismo deseara la muerte«. Al final, Gozke consintió ante la petición de Alectrión-el gallo- «que le cortara la cabeza con su espada de conde, que cogiera la piedra mágica de su buche…». Una vez cortada, apareció la piedra preciosa. Después, Gozke dedica un verdadero y sentido planto: -¿Quién deposita la sabiduría en lo profundo del corazón humano? ¿Quién da entendimiento al gallo? Lo mismo que el gallo anuncia el día y despierta al hombre de su sueño, así anuncian los piadosos maestros la luz de la verdad en la noche del mundo y dicen: La noche ha pasado, el día ha llegado, abandonemos las tareas de las tinieblas y aprovechemos las armas de la luz! ¡Oh, qué encantador y útil es el canto del gallo!«. Ante el extenso y fúnebre discurso hubo sonoros aplausos y lágrimas. La familia durmió; antes, por ese día triste, rezó «una fervorosa plegaria». Al despertar Gozkel sacó de su bolsillo la piedra mágica y pronunció: «¡Salomón, tú, rey prudente / que todos obedecen, / haznos rejuvenecer / para llevarnos después / a Gelnhausen nuestra casa (…) / ¡Te doy la vuelta, anillito! / Haz todo hermoso, te pido».
Este anillo de Salomón manifestó todos los deseos de Gozkel. La alegría fue inmensa en la familia, de ahí ese canto a Salomón, rey poderoso. Todo concluyó con una gran fiesta popular. La felicidad terrenal de los Gozkel solo duró un año. Gazkeleia se enamoró de la muñeca y los vestidos que el viejo mostraba. Las tretas del anciano-incluso con lloros- conmovieron a la niña, y manifiesta en qué puede consolarle. La respuesta no se deja esperar: «Tiene un anillo tu padre / que es una esmeralda verde/ de un fulgor tan admirable»… El anciano con astucia consiguió el anillo y se lo mostró a los otros dos compañeros que eran los «filósofos grabadores que habían querido engañar a Goskel, y él los había engañado a ellos«. Con el anillo en las manos pidieron que Gozkel se volviera «viejo, pobre, miserable y feo». La familia que antes eran guapos, hermosos, jóvenes e iban muy bien vestidos se transformaron en pordioseros y andrajosos. Cuando Gozkel observó que el anillo era falso, que alguien se lo había cambiado. La familia se pusieron, de nuevo, para caminar hacia el castillo, ya pobres porque les habían robado el anillo. La niña cuenta todo lo que había sucedido al enterarse que su hija tenía la muñeca. Ante la fiereza del padre, pide que la perdone. La niña se pierde por el bosque y sus padres llegan al viejo castillo y se sentaron en «el umbral del viejo gallinero y lloraron amargamente durante toda la noche, y todos los pájaros con ellos».
Separadamente, los padres comenzaron a buscar a su hija. Fue totalmente imposible y volvieron al gallinero. Con el tiempo volvió Gazkeleia totalmente desconocida, era hermosa, esbelta y traía el famoso anillo de Salomón. Después cuenta cómo lo consiguió. Sus padres quedaron maravillados ante tanta destreza y sabiduría ( «¡ Gracias, mil gracias! Querida niña, tú llevarás siempre el anillo en el dedo como premio a tu bondad y puedes desear todo lo que quieras»).
No podía terminar sin el casamiento de Gazkeleia, y el anillo de bodas sirvió para que todos «seamos niños, que toda la historia sea un cuento, que Alectrión nos lo narre y que seamos felices por ello y aplaudamos de alegría». La evocación sin límite, en una época paradisíaca como es la infancia, nos conduce a que lo más grande es contribuir a la eterna felicidad.
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Brentano, Clemens, Gockel,Hinkel y Gackeleia. Madrid, Cátedra, 2023
Cantando sobre el atril by Félix Rebollo Sánchez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 España License