Personales

Desde mi ventana 6

En estos días de enclaustramiento he recibido dos noticias agridulces: las dos carreras que tenía pendientes una en Cuenca y otra en Londres han sido aplazadas. La del Hoz del Huécar, en la que se aúna el cielo y la tierra, solo escriben el adjetivo y la devolución del dinero; la de Londres, nos remiten para el otoño sin concretar el día por lo que el dinero pagado lo retienen por el momento a la espera, supongo de concretar un día. Sea lo que fuere, mi alegría de participar en Londres, por vez primera, por ese centro mítico se ha desvanecido. Y la de Cuenca, era la de décima vez que participaba, pero me congratulo de volver un año tras otro; ese encantamiento lo percibes ya cuando llegas a la estación de tren y observas las estribaciones de la ciudad clásica-encantada-«Cuenca cierta y soñada, en cielo y río» ( F. Muelas). Ahora bien, lo comprendo ante días neblinosos y una naturaleza que nos ha dado un aldabonazo para que estemos precavidos, que el camino elegido es tortuoso; que así, no. Algunos/as, todavía están en las batuecas. No estaría demás que leyeran poesía-esa, «cargada de futuro»- O los versos de las Rimas de Luis Rosales:

«Como el náufrago metódico que contase la olas que le bastan para morir;

y las contase, y las volviese a contar, para evitar errores,

hasta la última, hasta aquella que tiene la estatura de un niño y le cubre la frente,

así he vivido yo con una vaga prudencia de caballo de cartón en el baño.

sabiendo que jamás me he equivocado en nada,

sino en las cosas que yo más quería».

Poesía

Miguel de Unamuno,Teresa: saber que se ha vivido

Cuando me viene a la memoria la poesía de Miguel de Unamuno revolotea  El Cristo de Velázquez , la perfección suma; más de tres mil versos al crucificado no es fácil. La expresión con que Unamuno quería pasar a la posteridad o que le recordaran ha quedado ya esmaltada: «Fue todo un poeta»; así se lo confió en una carta a Clarín. No sé si hoy es reconocido el rótulo, fuera de los que nos dedicamos a la docencia.

Las Rimas y la Epístola están escritas en verso, el resto-presentación, notas y despedida-, en prosa». Combina prosa y verso para dar más lucidez a lo narrado, hecho que se ha dado con anterioridad en la literatura, incluso en el texto bíblico-la perfección suma-. Cinco partes conforman el libro. Poema romántico titulado Teresa». Es una historia completa, que versa sobre «amoríos que nacen como el alba»; es simplemente el recuerdo romántico que nos caracteriza a los humanos. Son sus Rimas-el recuerdo de las becquerianas es nítido-. Son 98 rimas y una epístola.Te puedes pasar una tarde leyéndolas de un tirón para ver el néctar-«es  viento loco el puro sentimiento» del poeta. Es la otra conciencia de Unamuno, la existencia amorosa, vivencial, intimista. Es un canto a lo terrenal, pero también a lo que trasciende («que estoy muriendo cantando: Teresa»-rima 97-. El poema viene precedido de una presentación en la que nos anuncia el mal de amor y muerte y nos adelanta los protagonistas: Rafael y Teresa.

La tercera parte lo constituyen «Notas». Miguel de Unamuno nos advierte de que «los que no busquen poesía-y Dios los bendiga-pueden muy bien ahorrarse su lectura y aun la de la Presentación. Pero hay otros lectores a quienes hay que distraer dándoles entremeses y sainetes. Y por otra parte soy yo el que deseo distraerme». En estas notas hallamos lo que entendemos por crítica literaria.

En la parte «Despedida», Unamuno comienza con ese latiguillo propio de la literatura: «Al escribir las notas de este libro manifesté que acaso no debí haberlas escrito, así como tampoco la presentación que le precede, dejando que las Rimas,  en su desnudez, dijeran por sí cuanto tienen que decir». El final está coronado con uno de los cantos extraídos del libro Don Juan de Lord Byron, que comienza: Yet there wil be bards: though Fame is smoke/Its fumes are frankincense to human thought».

Literatura

El Romanticismo literario español del siglo XIX

Como consecuencia del desarrollo de las ciencias y la tecnología que habían comenzado en el siglo de las luces, las ciudades se convierten en lugares industriales que atraen a la población del campo; la burguesía y el proletariado tendrán mucho que ver con los movimientos literarios en el siglo XIX. En un principio surge el Romanticismo que defiende los sentimientos, evoca mundos fantásticos para evadirse de la realidad; luego vendrán el realismo y  el naturalismo que intentarán dar testimonio de la realidad pujante sin idealizarla.

En cuanto al origen del término hay que nombrar  Alemania como foco irradiador  a través de un grupo de literatos llamado Sturm und Drang (tempestad e impulso) que después se difundirá por España, Inglaterra y Francia. El movimiento abandera la libertad, el idealismo, imaginación, subjetivismo, irracionalismo, exotismo, nacionalismo y el rechazo de la realidad.

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