Poesía

Miguel de Unamuno,Teresa: saber que se ha vivido

Cuando me viene a la memoria la poesía de Miguel de Unamuno revolotea  El Cristo de Velázquez , la perfección suma; más de tres mil versos al crucificado no es fácil. La expresión con que Unamuno quería pasar a la posteridad o que le recordaran ha quedado ya esmaltada: «Fue todo un poeta»; así se lo confió en una carta a Clarín. No sé si hoy es reconocido el rótulo, fuera de los que nos dedicamos a la docencia.

Las Rimas y la Epístola están escritas en verso, el resto-presentación, notas y despedida-, en prosa». Combina prosa y verso para dar más lucidez a lo narrado, hecho que se ha dado con anterioridad en la literatura, incluso en el texto bíblico-la perfección suma-. Cinco partes conforman el libro. Poema romántico titulado Teresa». Es una historia completa, que versa sobre «amoríos que nacen como el alba»; es simplemente el recuerdo romántico que nos caracteriza a los humanos. Son sus Rimas-el recuerdo de las becquerianas es nítido-. Son 98 rimas y una epístola.Te puedes pasar una tarde leyéndolas de un tirón para ver el néctar-«es  viento loco el puro sentimiento» del poeta. Es la otra conciencia de Unamuno, la existencia amorosa, vivencial, intimista. Es un canto a lo terrenal, pero también a lo que trasciende («que estoy muriendo cantando: Teresa»-rima 97-. El poema viene precedido de una presentación en la que nos anuncia el mal de amor y muerte y nos adelanta los protagonistas: Rafael y Teresa.

La tercera parte lo constituyen «Notas». Miguel de Unamuno nos advierte de que «los que no busquen poesía-y Dios los bendiga-pueden muy bien ahorrarse su lectura y aun la de la Presentación. Pero hay otros lectores a quienes hay que distraer dándoles entremeses y sainetes. Y por otra parte soy yo el que deseo distraerme». En estas notas hallamos lo que entendemos por crítica literaria.

En la parte «Despedida», Unamuno comienza con ese latiguillo propio de la literatura: «Al escribir las notas de este libro manifesté que acaso no debí haberlas escrito, así como tampoco la presentación que le precede, dejando que las Rimas,  en su desnudez, dijeran por sí cuanto tienen que decir». El final está coronado con uno de los cantos extraídos del libro Don Juan de Lord Byron, que comienza: Yet there wil be bards: though Fame is smoke/Its fumes are frankincense to human thought».