En las útimas líneas que escribí referente a Aurora boreal hacía una comentario de la estilística entre Asa Larsson y Stieg Larsson decantádome hacia este por sus páginas brillantes en Los hombres que no amaban a las mujeres, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, La reina en el palacio de las corrientes de aire. Va ser difícil que surja una novela en el que se aúne la fuerza estilística literaria y periodística como la del autor sueco.
Ahora, ente mis manos, Sangre derramada de Asa Larsson; 462 páginas. Espero que no sobren algunas como en Aurora boreal. Que conste que no voy a leer sus tres novelas por el eco que han tenido en Europa. Es tan simple como acercarme a una novela distinta en la que quizá haya más realidad en esa sociedad que fue ejemplo en otro tiempo.
De nuevo nos encontramos en el ambiente de Kiruna; ahora en verano cuando brilla el sol de medianoche-he sido testigo en la estación de ferrocarril de Gotemburgo de este hecho-, y, otra vez, un asesinado, concretamente «una pastora protestante» con signos de tortura ( en Aurora boreal, un hombre de la iglesia; en esta, una mujer de la iglesia; asesinados con extrema brutalidad).
Asa Larsson se vale de dos citas de la Biblia de Isaías 26:21 («porque Yahvé sale de su morada / dispuesto a castigar la culpa / de todos los habitantes del país: / la tierra descubrirá la sangre derramada / y ya no ocultará a nuestros muertos») y 28:18-19. Todavía no comprendo por qué a estos hechos se les denomina «novela negra», incluso bautizada con un premio anual. Tal vez sea mercadotecnia.
Percibo que esta novela o está mejor escrita o los traductores se han esforzado un poco más que en Aurora boreal; sin embargo, caen en errores que no se pueden permitir y más cuando la novelista ha adqurido el rango de premiada en algunas ocasiones, en distintos países, por ejemplo: «caminando por el camino», «comisura» ( de labios, de boca; exactamente como en Aurora boreal, hasta el hartazgo), «a mí misma», » a sí mismo», «cosas de mí misma», «hacia mí misma», (muchas veces cada una de las expresiones), «persiguiéndola a ella», «vehículo a motor», «lancha a motor», varios gerundios de posterioridad-se da en los principiantes, y además son incorrectos-, etc. El todo vale en una traducción no es de recibo.
Quizá son demasiadas páginas para revelarnos ese mundo en que la mujer quiere ser partícipe de sus ideas y obras, exactamente como los hombres, pero se encuentra con que la muerte le acecha por ser simplemente persona, en este caso mujer con ideas propias. Sinceramente, este tipo de novelar-con el adjetivo negra- no me agrada. El suspense no puede ser lo primordial en la narración y sin embargo en los países nórdicos estas novelas son muy apreciadas.
Por otra parte, demasiada violencia en la novela; difícil de soportar; no sé si con ello se consigue que no haya; simplemente me ha repugnado; tuve momentos de no proseguir con la lectura.
A renglón seguido hay que apostillar que la autora destaca por esa maestría al construir la novela, aunque podía haber evitado muchas páginas; unas veces consigue un estilo dialogal brillante y otras redunda en la pesadez en demasía. Esperaré unos días para iniciarme en otra novela de la misma autora: Cuando pase tu ira.