Este Niño y Dios, Antón, que en Belén tiembla y suspira, con unos ojuelos mira que penetra el corazón. Este Niño celestial tiene unos ojos tan bellos, que se va el alma tras ellos como a centro natural. Ya es cordero y no es león, y como dejó la ira, con unos ojuelos mira que penetra el corazón. Antiguamente miraba en nube, monte y en fuego y en ofendiéndole, luego del ofensor se vengaba; mas después que vino, Antón, donde como hombre suspira, con unos ojuelos mira que penetra el corazón. No se dejaba mirar envuelto en nubes y velos; ahora en pajas y hielos se deja ver y tocar. Y como ve a los que son la causa por que suspira, con unos ojuelos mira que penetra el corazón. | ||
En estos poemas maravillosos, me pregunto quien sería Antón. Quizás Antón Martín?
Para nada; simplemente, Lope de Vega lo emplea como adjetivo aunque venga con mayúscula, que tiene reminiscencias griegas y romanas, como magnífico, todopoderoso, encantador, etc. Puedes consultarlo en muchos libros sobre el origen de Antón,….; pero lo de Antón Martín se me escapa esa ocurrencia. Gracias por leer al poeta por excelencia, a quien por la nche le copiaban y le criticaban por el día…
Muchas gracias. Muy amable. Lo de Antón Martín era una Petit broma. Estaba muy despistado con lo de Antón y encima en mayúscula.
Gracias de verdad. Y Feliz Navidad.
José María.