Este cross por la voluntad de los organizadores se ha denominado el de la solidaridad por el último «tifón» acaecido hace poco tiempo. Este año hubo más participantes tanto de hombres como de mujeres, lo cual es una alegría. Ya desde primera hora íbamos llegando para adquirir el «chip» y el número, para después despojarnos de los atuendos para prepararnos con los típicos estiramientos y el corretear por el campo para inspeccionar el terreno. Fue un día ideal para el cross, aunque en la sierra se veían nubarrones sin que llegaran a descargar.Caras conocidas y nuevas nos saludamos con la ya sonrisa típica de los atletas. Es la comunión entre todos, y una máxima que se percibe: el respeto, la solidaridad y el aplauso, se cual sea el tiempo que tardes.

Ha sorprendido que el cross femenino no lo ganara la que siempre lo hace: B. Esteban de San Lorenzo de El Escorial de la Universidad Politécnica a pesar del esfuerso que hizo en los últimos 200 metros. El primer lugar lo alzanzó Adriana de la Universidad Complutense.Fue el comentario de los corrillos.
Desde aquí un aplauso a los organizadores por el esfuerzo que año tras año intentan perfeccionarlo. Este incluso con masajistas al inicio y al final del recorrido. Felicitaciones y agradecimientos a los/as masajistas que me atendieron tanto en el calentamiento-fue novedad- como al final.
