– Que no me miras
– No quise mirarte…………..
Ante el desconcierto
el dolor se hizo carne,
las campanas enmudecieron,
el alma quedó en suspenso.
Enlutado se presentó
un lunes tenebroso,
sin apenas haber dormido,
sumergido en el final,
en la ruptura.No puede ser, no.
No se rompió el secreto,
no dirá nunca su nombre.
Con rescoldo
de esperanza nutriente,
erguido, abre la puerta y dice:
«Buenos días». Todos miran,
nadie responde. Sin enterarse,
no levanta la vista. Con firme paso
abandona la sala. Arriba esperan
cuerpos primaverales, con saludos
más cortos, sonríe a quien le mira,
comienza los poemas,
hoy connotan más,
el silencio se hace sentimiento herido.
Al otro lado, esperan
otros la voz viva de unos versos
que nos pertenecen. Pero, antes,
como aire que destila,
de pronto, con exigencia,
-:»no te he visto hoy». «No has ido».
-«Déjame».
-«Estás enfadado». «Lo noto».
-«No. No lo esperaba». Recuerda:
«tengo que hacer». Aprieta el brazo.
La semana fue dura.
Martes dolorido aún,
mas con color preferido,
relata, relata y relata vehemente
en el pasear «sin de tu mano en mi mano»,
como fue tiempo atrás, en otro desencuentro.
¡Albricias, albricias!
Los clarines festejaron el encuentro.
El sosiego del alma reverdeció.
Las campanas tocaron a gloria
y el rojo coadyuvó;
quedó en el aire «hacer cosas».
Faltó entereza, arrojo, las palabras
no fueron suficientes.
con permanencia de mirada pensativa,
en actitud de espera,
¿sin resquicio de duda?