Una vez releídas dos novelas de Juan Marsé-El amante bilingüe y Caligrafía de los sueños-, como homenaje tras su muerte, y también releídas La hoja roja y El camino al cumplirse el centenario del nacimiento de Miguel Delibes, me lancé a una de las novelas estelares que exige un intelecto continuamente en suspenso para que no se te escape el hilo argumental y puedas hilvanarlo según vas deslizando por la lectura. Es tal la enjundia que tienes que estar absorto por la dificultad que entraña, y eso que es la segunda vez, aunque bien es cierto que fue en la época de estudiante la primera, allá en 5º de Filología Hispánica.
Una vez releídas dos novelas de Juan Marsé