Personales

Selectividad en Madrid. Primer día: 4 de junio, 2013

El tiempo transcurre sin que nos avise del instante; pero, un año más, hoy el sol se detiene en los rostros de una nueva juventud que quiere participar, que quiere ser dueña de su destino; percibo, ya, a primera hora, la alegría con que se apuestan en el entorno de las Facultades de Medicina, Derecho, Filología, Biológicas, etc., de la Universidad Complutense con la carga de la mochila. Yo también me dirijo a pie, desde Moncloa, a la sede 18 en la que debo presentarme a las 8.30 horas en la Facultad de Derecho. Paso obligado para un filólogo, que fue feliz en el edificio- ahora «A», antes Filosofía y Letras- en la Licenciatura y en el Doctorado, es visitar la cafetería. Unos camareros serviciales al verme ya están prestos para el café; aún hay dos de los tiempos heroicos, como yo los denomino, adjetivo que es una constante en este «blog» cuando me refiero a la dictadura y transición españolas. Al fondo, con chaqueta marrón-claro veo al hermano Pisonero que está presto para comenzar el desayuno.

La vida nos empuja «como un aullido interminable», verso de J.A. Goytisolo, que tantas veces hemos leído y hemos comentado en clase para que los alumnos participen, para que vivan, para que no pierdan el tiempo, para que buceen en la literatura como algo salvífico. Es una selectividad más, es la primavera hecha carne, que en otro tiempo los que examinanos fuimos también jóvenes con ilusión para pasar esta valla. Desde estas páginas mi más sincera felicitación por haber coronado la cumbre, y, sin duda, el que cada persona pueda elegir la especialiadad que desea.