De vez en cuando paso por una librería – café del centro de Madrid para ver y hojear las novedades literarias, sobre todo de poesía; incluso en esta sección me he leído algún libro. Pero un día, llevado por la curiosidad de una reseña aparecida en el último suplemento cultural Babelia de El País , fui a propósito, expresamente, para ver el libro de la novelista norteamericana Lisa Taddeo; el reseñador destacaba: «Durante ocho años, la autora siguió a tres desconocidas para examinar su relación…». Es evidente que el entrecomillado me invitó a leer la totalidad y también, cómo no, la fotografía de la autora que ocupaba casi la mitad de la página por el misterio que encerraba el lugar y su vestimenta. Si a esto añadimos que ha presentado su libro en muchos países «y el mío es el más puritano de todos…»
Me encaminé un día, a primera hora de la tarde, hacia la librería-café; al llegar, lo primero que hice es tomarme un café-solo en la planta baja y leer algún poema de san Juan de la Cruz de un librito que, a veces. llevo en el bolsillo mientras me lo servían. Después me dirigí a la planta en la que están los libros de literatura y las novedades. Por mucho que rastreo en las diversas mesas de novedades no encuentro el libro Tres mujeres. En un primer momento, pensé que no lo tenían ya que se trataba de una novedad muy reciente y, generalmente, los suplementos culturales se adelantan. Pero observé que a unos metros se hallaba una encargada delante del ordenador; levantó la vista y nos la cruzamos; me acerqué:
«Mire, he leído una reseña de una novela de Lisa Taddeo y no la he visto en las novedades.
–La tiene en el apartado «escritoras de género».
-Perdone, pero vengo con frecuencia a esta planta desde que se inauguró y no me he percatado de que exista en la planta ese rótulo.
–No sé por qué a los hombres os extraña el título escritoras de género; esta mañana, me ocurrió algo parecido.
-Perdone, simplemente le he preguntado por una novela; y esa expresión la conozco, pero que aquí no la he visto.
–Con otras palabras, son libros feministas.
-Oiga, a mí no tiene que explicarme lo de «escritoras de género», que sé, qué significa.
–Suba a la planta segunda y allí en un rincón de «escritoras de género» tiene la novela.
-Por mucho que me moví por la segunda planta, no leí ningún rótulo o señal con ese título; había varios, pero ese no lo encontré. Por la vestimenta, cerca de otro ordenador vi a una mujer que me pareció otra encargada. Me dirigí en estos términos:
-Perdone, vengo de la planta primera; me han dicho que existe aquí un lugar o rincón con el rótulo «escritoras de género». ¿Me puede indicar?
–Si. Retroceda, vaya por el pasillo y al final a mano derecha hay un rincón allí está.
Llego. No hay ningún letrero, pero empiezo a ver los libros y sí son todos escritos por mujeres; algunos ya los había leído, pero no encuentro el que buscaba; pero, hete aquí, que por detrás viene la encargada y me dice:
–¿Ha encontrado lo que quería?
-No
-¿Qué buscaba?
–Tres mujeres
–Ah, sí. No sé por qué, pero está en la primera planta en la sección cocina
Según bajaba, iba como perplejo. ¿Una novela con algún referente de Madame Bovary en cocina? Una vez en la planta me fui adonde creía que estaban los libros de cocina, en otros recovecos distintos y más estrechos. Por mucho que observo no veo ningún letrero «Cocina». Empiezo a leer y nada. A sí es que miro para atrás y había una mujer con gafas y un ordenador. Supuse que era otra encargada.
-Perdone, ¿me puede indicar dónde se halla la sección de cocina?
–La tiene detrás de usted
Empiezo a leer y no encuentro el libro. De nuevo me dirijo a la encargada
-Busco la novela Tres mujeres, me han dicho que estaba en esta sección
–No, aquí no está. Acompáñame.
Así hice.
–Aqui lo tiene.
-Muchas gracias.
Estaba no lejos de allí, en donde se puede comprar de todo para regalos. Lo hojeé; casi 300 páginas. Por lo que leí-muy poco- , no era novedoso porque ya la literatura había dado cuenta de estos temas aunque de distinta forma. Sin quitar méritos a la autora después de ocho años trabajando y buscando la verdad interiorizada de tres casos reales. Según la crítica, tal vez estemos ante lo que se ha llamado periodismo literario. De momento, no está entre mis lecturas. Con el paso del tiempo y si tengo la oportunidad, quizá, lo haga.
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