Canto de desagravio. La expresión entrecomillada lo entendí como desdén hacia el escritor. Seguramente otro gallo nos cantaría si leyésemos al más grande de todos después de Cervantes, con sumo respeto al Fénix Lope de Vega.
Con esto de la elección de Francisco como Pontífice, hace un año, me acordé de Nazarín. Y en días posteriores y en la actualidad de igual forma. Nazarín, al igual que Francisco, son puro evangelio; es ofrecer la otra mejilla; son cristalino cristianismo. ¡Qué pena me dan aquellos que un día se consagraron para proseguir la senda de Jesús de Nazaret y no dan ejemplo! ¡Se nos enseñó, cuando despuntábamos a la razón, tantas cosas! Ahora me viene a la mente aquellas frases que motivaban a los niños de siete años:.. «me has mirado a los ojos y sonriendo has dicho mi nombre…».
Volviendo al tema de Francisco, él sí dejó en la arena su barca y siguió sus pasos. Observo una relación clara entre Francisco y Nazarin. Si esto es así, ¿cómo se puede mantener el entrecomillado del profesor? Veamos este breve diálogo de la novela en el que me baso:
– «Pues para mí, el Moisés que ha de guiarnos hasta el fin no puede salir sino de la cepa religiosa. ¿No cree usted que aparecerá, cuando menos se piense, uno de esos hombres extraordinarios, uno de esos genios de la fe cristiana, no menos grande que un Francisco de Asís, o quizá más, más grande, que conduzca a la Humanidad hasta el límite de sus sufrimientos, antes que la desesperación la arrastre al cataclismo?
– «Me parece lo más lógico pensarlo así-dijo Nazarín-, y, o mucho me engaño, o ese extraodinario salvador será un Papa.
(……..)
-¡Claro!….Pues lo mismo, exactamente lo mismo pienso yo. Ha de ser un Papa. ¿Qué Papa será ese? ¡Vaya usted a saberlo!» . Pero, lo deja bien claro «No basta predicar la doctrina de Cristo, sino darle existencia en la práctica e imitar su vida». (Pérez Galdós, B., Nazarín. Madrid, Rueda, 2001,págs. 110-111). Es exactamente lo que desea Francisco. Esperemos que el cirio Pascual esté encendido siempre; sería una señal enriquecedora para la transformación de la humanidad.
Este pasaje galdosiano es muy ilustrativo para los tiempos que corren; es pura actualidad; ahí están sus escritos, leámoslos y veremos que el tiempo nos devora pero que los problemas, las preguntas siguen en pie; todo está en su obra. ¿Ahora entendemos por qué le fue negado el Premio Nobel en dos ocasiones? Animo algún estudioso/a que haga una «Tesis Doctoral» por qué se le fue negado. Hagámoslo vivo.
Nota: al hermano profesor le conmino que lea en este «blog» «Al dios de las palabras» e «Ingrata, ingrata, ingrata», entre otros pensaminentos que también podrá leer en esta página «web» como canto desagravio, y luego que piense antes de hablar de Galdós. ¡Ay!, ¡qué bien nos vendría en estos tiempos de tribulación leerlo!