Cumplí mi ilusión: participar en la carrera internacional de Behobia-Donosti. Más de 24.000 personas nos iniciamos en Hendaya-Behobia, con un sol de justicia-más de 22 grados- para una carrera en la que las rampas son pronunciadas.

La alegría se convirtió pronto en agradecimiento a las miles de personas que nos esperaban en las calles, en las cunetas de las carreteras. Pero, especialmente, me cumple hacer constar mis «gracias mil» a las personas que me gritaron con la expresión «ánimo Félix», sobre todo en esas cuestas duras de Lezo. Va a ser difícil olvidar Lezo. Pero, estas gracias se deben extender más si cabe a las que esperaban en el alfoz de Donosti, sobre todo en el kilómetro que va del 16 al 17, cuesta durísima donde las haya. El recuerdo también será constante de una mujer, con ojos penetrantes, primaverales, que en esta rampa prorrumpió con el «ánimo Félix«. Fue la única vez, que miré para atrás para quedarme con su rostro. Era una forma de corresponder a la dicha que entró en mí.
Gracias, también, al «speaker-animador en el final«, que ya en la recta de «la Concha», cuando faltaban unos 500 metros, voceó la ya clásica expresión «ánimo Félix» que retumbó en toda la planicie abarrotada de gente; aunque solo hubiera sido por esa mujer y el ánimo que recibí en la famosa «Concha» merece la pena volver.
De todas formas existen otras modalidades que te enganchan; desde luego la carrera es única; lector/a que me lees, inténtalo, participa y llevarás encima para siempre ese baño de multitud y música con que son acogidos los que participan.
Y, cómo no, otro canto a la parte vieja de la ciudad con sus únicos pinchos, el ir y venir de una juventud entregada-era la que más sobresalía-, pero también estábamos allí los que hemos cumplido años; después de tantos adioses, todavía la primavera nos sonríe, y aún el invierno no llevamos a cuestas.
Yo disfruto de la misma sensación actuando, y es algo -aunque efímero- tan reconfortante, que merece la pena…
Y mucho más, imagino, si también puedes cruzar tu mirada con la de otra persona hasta entonces completamente desconocida para ti, pero con la que tienes una conexión que hace de ese momento algo único. Así, efímero, como todo…