Faltan unos minutos para salir hacia el Madrid galdosiano para anticipar la expresión de anteayer «Ha llegado un ángel» que alguien, en alta voz, me comunicó cuando estaba en la cocina. Ya de vuelta, hemos quedado satisfechos por la comida y el trato recibido, pero el entusiasmo esperemos se confirme el día de Navidad, sinónimo de amor, de amistad, de entrega, de compromiso, de solidaridad, de luz, y tantas cosas que nos deseamos para estos días, pero que yo añado: «ojalá todos los días sea Navidad». Es el carácter connotativo de la expresión lo que yo deseo, pero extensivo a todas las personas que pueblan la tierra; si fuera así predominaría la bondad que en todo ser anida; pero parece que para que exista el bien debe también convivir con el mal. ¿Es la predestinación de la humanidad por no haber querido permanecer en el paraíso , porque queríamos más, o, simplemente, porque sólo el gozo dado es insuficiente y queremos también luchar con otras formas de vida en las que el mal sea la otra cara de la moneda?
Ese paraíso al que me refería ha sido cantado por muchos poetas, en estos momentos recuerdo a Rafael Alberti con ese dístico tan famoso :»No habían cumplido años ni la rosa ni el arcángel/todo anterior al balido y al llanto…..», a J. Milton con su Paradise Lost, y, tangencialmente, el verso de Pedro Salinas «¡Qué gran víspera el mundo!» del libro La voz a ti debida.
Mañana será otro día en el que intentaré motivar el carácter poético de Shakesperare en sus dramas, sobre todo en un fragmento de su obra más repetida, leída, soñada, hecha carne: Hamlet. Luego bucearé en el homenaje que hizo José Hierro a otro grande en la poesía y en el drama: Lope de Vega. Aunque sólo hubiera escrito el poeta madrileño/santanderino el poema «Lope. La Noche. Marta» de su libro Agenda es más que suficiente para figurar en una antología de la segunda mitad el siglo XX. El último verso nos tiene que hacer sentir la poesía: «Abre tus ojos verdes, Marta, que quiero oír el mar».
¿Motivaré a mis alumnos/as? ¿Caerá en tierra abonada uno de los axiomas que mantengo desde que me dedico a estos menesteres de que la vida es literatura y ésta vida? La literatura nos tiene que servir para nuestra formación, si no, no tendría sentido. ¿Y dónde la encuentro? En la lectura, en la lectura, en la lectura.
Felix eres un profe muy guay y enrrollado. Que bien recitas y como te queremos, de verdad. Te mereces un nóbel. Guapo
Creo que es una de las frases más célebres que recuerdo de la carrera «Abre tus ojos verdes Marta, que quiero oír el mar»….
Y no sé si ahora conseguirás motivar a los alumnos, pero desde luego conmigo lo hiciste, iba religiosamente a tus clases en los dos años que te tuve de profesor, y son horas lectivas que no cambiaría por horas de ocio…
Gracias por todo lo que nos enseñaste 🙂
Aunque ya te contesté por correo, gracias, de nuevo. Valgan las mismas palabras. Ya son varios/as los que me lo manifiestan bien cuando me ven, bien por correo. De todas formas, no me tienes que agradecer nada; forma parte de mi profesión, y además me pagan por eso. En unas líneas más abajo tienes a otro ex alumno que me entendió. En privado te decía si habías leído mis dos comentarios a un verso que me encantó.