La ideas que plasmo fueron mandadas al defensor del lector del diario El País, que a su vez las remitió al autor del artículo. Como no se publicarán en el periódico, las lanzo urbi et orbi desde mi «blog».
Al recoger los viernes el periódico en el quiosco, lo primero que hago es leer la columna de Juan José Millás; después leo a Elvira Sastre, me detengo y leo con sosiego «La vida de don Benito», para después ir a Peridis; con estos trazos primordiales de los viernes, este otoñal y esplendoroso, no callaré a que se encumbre a mediocridades y se denigre a la savia literaria; con esta idea parto para aglutinar algunos pensamientos que me han surgido al leer el artículo galdosiano. Primero, vaya mi enhorabuena por «Salvar para la posteridad, tras la aniquilación» de Ruiz Mantilla-Vida de don Benito,15- , salvo la expresión «el papel que jugó» (no vale que la Academia ya lo ha aceptado). Vamos a ver si ya abandonamos el término «el garbancero»; lo usan los tullidos, los que no lo han leído ni tampoco lo leerán, ni conocen en qué contexto se escribió-por cierto fue un personaje de Luces de bohemia-, no Valle-Inclán, que lo admiraba, lo repito: ¡lo admiraba!, ¡lo admiraba!, y quieren que hablen de ellos (que conste que no lo digo por el escritor- periodista que firma el artículo; además nos recuerda con acierto una de las veces en que Valle-Inclán se postró: «Me inclino ante el maestro, que, sin ningún demonio familiar y solo con los sentidos perecederos crea la obra inmortal»). Ni Cela ni Benet tienen entidad para criticar a Galdós. ¿Se acuerdan qué encaje hubo que hacer para conceder a Cela el Premio Cervantes, que lo había denigrado con la expresión «está cubierto de mierda? Y en cuanto a Benet, fue una forma de hacerse oír. Y que conste que en la Facultad fui de los pocos que lo leía, incluso he escrito en la revista Ínsula sobre su novela. ¡Curioso que se lo recuerde,hoy, por ser antigaldosiano y no por su obra! Otro que quiere hacerse camino a costa del más grande novelista Javier Cercas-hago mención porque viene su nombre en el artículo-. Lo que escribió en El País semanal fue de una superficialidad que ya fue respondido por insignes escritores. De él, sí recordamos Soldados de Salamina. Lo demás, florecillas que fenecen. «Ha metido baza Mario Vargas Llosa»-sonsaco la expresión del artículo de hoy-,me refiero, a que encumbró a Javier Cercas como uno de los novelitas estelares; no recuerdo la expresión exacta pero por ahí iba; seguro que esa idea es vacua, sin más. Era el comienzo del escrito del Nobel en El País. También decía que había leído los Episodios nacionales en el primer encerramiento con motivo de la pandemia. Tampoco pasará a la historia de la literatura por lo que escribió en el diario. Por cierto, hoy, también, Cercas se lo ha agradecido, con la expresión «ya habría sido el mayor novelista de nuestra lengua», pág. 28 de Cultura. Favor por favor; ni esto ni aquello. Dichas ideas no se sostienen. Por otra parte, me hubiera gustado que en la crónica del homenaje a Vargas Llosa en el Instituto Cervantes, se escribiera si se llenó el salón de actos, qué público asistió. El periodista omite estos datos en «Mario Vargas Llosa es homenajeado a los 10 años del premio», pág.28. Coda: recordemos, en el centro Cervantes, a la derecha Torrente Ballester, a la izquierda Pérez Galdós. Y ya está, no mareemos más a la perdiz. Leamos, leamos y no pontifiquemos, y sobre todo no nos subamos al magisterio de otros para hacernos oír, que estos abundan… |