Personales

From London to «Hoz del Huécar» (Cuenca)

Después de tanto tiempo a la espera, conseguí correr por el centro de Londres el 2 de mayo de 2022; lo emblemático de la capital de Inglaterra, mucho tiempo después, no me pareció que había cambiado tanto; recordaba todo tal y como lo observé en la época estudiantil; así, fui disfrutando con cada pisada en la carrera «Vitality»; solo me sorprendió que en Trafalgar Square no hubiera más gente; mi recuerdo era como un hormigueo de personas y sobre todo música y aquellos jóvenes «hippys» ataviados con ropas con combinaciones de colores que llamaban la atención e instrumentos que hacían felices a los transeúntes y a los que se sentaban, sin más, alrededor de la estatua del almirante Nelson; y al lado, como en presidencia, la National Gallery. Era como un descanso en un Londres ruidoso. Allí se juntaba el famoso grupo «Hare Krishna» (con perdón si no se escribe así y si son aquellos grupos que proliferaron y ventearon un canto a la naturaleza y a la paz; al menos es lo que recuerdo; al parecer nacieron en Nueva York en los años sesenta, pero prendieron en Europa). Creo que en Europa ha desaparecido pero ha renacido en hispanoamérica-tampoco tengo certezas-. Simplemente son recuerdos de una época que viví, nada más.

Mi entrenamiento, a diario, en la semana que estuve, en el H.Park pervivirá para siempre en la memoria como algo placentero; me congratuló, ya a las seis de la mañana, ver a personas practicando atletismo desde mi ventana del hotel; intenté imitarlos y a las seis y cuarto también correteaba por ese inmenso parque con un amplio lago en el que sobresalían cabezas de personas bañándose a la misma hora. Me vine con la idea de volver.

Tras Londres, la «Hoz del Huécar», una de las maravillas de la naturaleza. Ya estábamos los corredores deseando que se plasmara por escrito la vuelta a la «Hoz». La última fue el día 16 de junio de 2019; dos años sin ascender a los cielos conquenses; es una de las carreras, juntamente con las que se celebran en el País Vasco-sobre todo la «Behobia»-, en las que me encuentro más contento y siempre pendiente de la fecha. Es como una celebración.

Por los motivos que sean, si comparamos la media de los que participan para subir por estas cumbres, este 22 de mayo calculo que solo nos hemos dado cita la mitad. Da igual el número, en las caras observé esa alegría que surge de los que el atletismo es una constante. Me vienen a la memoria algunas anécdotas como esos dos padres jóvenes que corrieron la «Hoz» con el carro y el niño/a dentro. Y hablar de Cuenca es traer a colación al poeta Federico Muelas; ahí va el primer cuarteto de su famosísimo soneto:

Alzada en limpia sinrazón altiva
–pedestal de crepúsculos soñados–,
¿subes orgullos, bajas derrocados
sueños de un dios en celestial deriva?

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