La tragicomedia Divinas palabras la escribió, quizá, el dramaturgo más influyente en el panorama teatral del siglo XX: Valle-Inclán. Se publicó, por vez primera, en la revista La Pluma de Madrid en 1919; se estrenó el 16 de noviembre de 1933 en el Teatro Español de Madrid, pero no tuvo éxito. La obra está encuadrada dentro de Comedias bárbaras. Es el llamado ciclo mítico; es el paso previo a la aparición de la estética del esperpento. No fue escrita para ser representada. Pero, el Valle- Inclán que conocemos, hoy, en cuanto a la lectura y representación de su obra fue muy distinto. En su época fue muy discutido; hoy se le venera no sólo en lo que dice sino, también, en cómo; su estilo raya la perfección.
Su fuerza denunciadora y satírica entusiasma a los espectadores y lectores. Su cruel implacabilidad respecto de situaciones en los que andan metidos sus personajes, no sólo en Divinas palabras, es única; de ahí que sea admirada su trayectoria dramática por críticos, autores, directores de escena, etc.