Poesía

Poesía de don Diego Hurtado de Mendoza

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Cartas sociables de M. Cavendish

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La necesidad de comunicarnos es clave en el desarrollo de las personas, aunque se conciba como «amistad platónica y epistolar», y más si añadimos imaginariamente como en este caso con una prosa esplendente en que la belleza cobra todo su vigor e invita a proseguir la lectura. Lo epistolar se yergue como una atalaya luminosa con base en la antigüedad clásica como formación.

Doscientas once cartas jalonan una trayectoria de una mujer que solo necesitó ser ella, poco le importó que su obra literaria fuera amarga para la crítica-tal vez por ser mujer que piensa– en un siglo en el que reverdeció para airear su pensamiento. Al ser este género epistolar-aspecto que justifica en el prefacio a «Nobles lectores»– , no podemos olvidar la intimidad y la subjetividad con que nos llegan. La singularidad prima en la creación, y más cuando van dirigidas a una persona imaginaria; o el otro yo de quien escribe; es un reflejo que nos apabulla por las verdades que encierra; en definitiva, la necesidad de contar lo más profundo del ser. La verosimilitud y la expresividad con que se muestran nos conducen a la reflexión, quizá el motivo primordial de dar cuenta de lo que sale del alma de Cavendish.

Cuando se dirige «al lector severo» nos recuerda los motivos por lo que las escribe: «Para recordarles que, como aquellos que cabalgan, / pueden resbalarse, sin pensar por dónde van, / o caer en una zanja», pág. 108. Nos advierte de que no escribe «para avergonzar a nadie». Como nos muestra la editora, las cartas » representan la conversación entre dos damas nobles, separadas por la distancia, pero unidas por una serie de preocupaciones comunes«, pág. 68.

Muchos son los temas que aborda, tales como el amor: «sobre los cuales el amor corona sus vidas con la paz, y los reviste y los engalana felicidad, felicidad que vos disfrutáis…, pág. 221; el matrimonio: «Me alegra que Lady U. S. y su marido viven tan felizmente, solo el uno para el otro, y que se aman tanto el uno al otro que rara vez se separan por la ausencia», pág.304; la mayoría de los maridos o son engañados por sus políticas mujeres, o son obligados a obedecer…», 129; el baile…,» y el ejercicio más importante de nuestro sexo es el baile, no en solitario o entre ellas mismas, porque lo odian, sino en compañía masculina, y esto les gusta tanto como para bailar con una apasionada vehemencia», pág.148; soledad: «volví a casa muy complacida con el espectáculo, y estando en soledad descubrí que tenía un río, un lago, o un foso helado en mi mente«, pág. 431; vida retirada: «una vida casera, libre de la ataduras del confuso estruendo, y del ruido atronador del mundo», pág.70;…»es más acorde a mi condición vivir en el campo porque por naturaleza mi carácter es un carácter solitario, pensativo...», pág.491; la sociabilidad como generadora de bienestar: «...o superar al otro en mérito y valía como muestra de cortesía y sociabilidad, por valor y generosidad…», pág.142; diferencias hombre-mujer: «porque de este modo gobernamos como si fuera por medio de un poder inconsciente, de tal forma que los hombres no perciben cómo el sexo femenino los maneja…», pág,138; la exaltación de su esposo: «sé que tiene el valor de César, la imaginación y el ingenio de Ovidio, y la habilidad para la tragedia, y especialmente para la comedia (…), él está por encima de Shakespeare en la habilidad para la comedia«, pág.400; amistad : «con todo me satisface haber respondido a vuestro deseo, porque preferiría que el mundo me condenara por necia que vos por romper o descuidar nuestra amistad, porque mientras viva, os demostraré que soy», pág. 495. Es el final, la última, por si tenía alguna duda la imaginaria dama, y en todas, se repite: Señora, vuestra leal amiga y fiel servidora. Un alma abierta a la sociedad, directa, asombrosa, sensible, generadora de sosiego, de bienestar, de ser feliz con los demás.

Coda. Cavendish fue enterrada en Westminster Abbey, corría el año 1673. El epitafio lo escribió su esposo; parte del mismo: «Esta duquesa era una dama sabia, ingeniosa e instruida«. Habrá que añadir que la libertad es un derecho de las personas, más allá del género; supo defender lo que sentía en un siglo donde no era tan fácil y más para las mujeres.

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Cavendish, M., Cartas sociables. Madrid, Cátedra, 2024, 497 págs.

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Ensayo

Correspondencia galdosiana

Correspondencia galdosiana(1)
Félix Rebollo Sánchez

Nos tenemos que felicitar por el arrojo que ha tenido la editorial Cátedra al publicar lo que nos faltaba: la correspondencia galdosiana en su conjunto (“esperamos que esta edición pueda suplir una carencia en los estudios galdosianos”, pág.21). Son 1.132 cartas con fecha de publicación que van del 4 de noviembre de 1862 al 1 noviembre de 1918. A estas hay que añadir 38 sin fecha; en total 1.170 cartas.
En la contraportada del libro se recogen palabras atinadas de Clarín del que extraigo: “ y se puede decir que escribe…, como viste, sin asomos de pretensiones, y porque no hay más remedio que escribir para explicarse”. Esto es lo que hizo el más grande de las letras castellanas después de Miguel de Cervantes. Ahora revolotea una queja de que no se hace lo suficiente por los cuatrocientos años que han transcurrido desde el nacimiento del autor del Quijote. Vaya también como recuerdo que hasta el Jefe de Estado maniobró, en su momento, para que no se concediera el Premio Nobel a Pérez Galdós. Nuestros dirigentes casi siempre han obrado de manera torticera en cuanto a la cultura. Se dice-noticia periodística-que los que habitamos en la Comunidad de Madrid hemos contribuido sin que se nos consulte a la publicidad con miles de euros al último Premio Nobel en lengua castellana/española ( a la sazón, escritor peruano como se define).
¡Qué cosas ocurren en nuestro país! ¡Lo que hay que ver! (2) . Pero, ahí están los dos-admirados fuera de España-, perennes, ejemplos del arte de contar; sus obras son espejos vivientes no solo en el arte de narrar sino también en los hechos que lo hacen posible. ¡Cuántos/as viven de sus escritos sin que sirvan de ejemplo, y sin embargo ambos escritores pasaron penuria al final de sus vidas! Cómo no decirlo, ¿cómo se puede conceder el Premio Miguel de Cervantes a quienes no han hecho nada por extender su obra y ni han escrito algo de nuestra primera pluma? No tenemos respuesta. Claro, se dirá, como siempre, que esa es una pregunta antisistema; hoy día, muy notorio, cuando se intenta acercarse a la verdad en todos los ámbitos.
Aunque ya muchas de las cartas de Galdós las conocíamos han llegado como agua de abril para extender, también, el género epistolar tan singular en la literatura pero lleno de sapiencia la mayor parte de las veces. Son memoria pura; almenas por las que podemos mirar la interioridad certera del escritor. Bienvenidas sean, por tanto, estas cartas; pero, sobre todo, que las leamos y no seamos como esas personas que hablan mal del escritor canario-madrileño-santanderino para hacerse famoso y salir en los medios de comunicación.
A veces, hablamos de oídas, simplemente porque no tenemos nada que decir; se nos nubla la mente ante el desconocimiento. ¿Cómo se puede hablar mal de un escritor sin haberlo leído? Pues esto existe; se imparten conferencias, se presentan libros sin que antes se hayan leído; a lo sumo, la contraportada; y como preguntes te señalan, a no ser que sea para la felicitación muy propio a las que acudo.

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1. Pérez Galdós, B., Correspondencia. Madrid, Cátedra, 2016, 1.170 págs.
2. En expresión cidiana quizá tenga más fuerza; “cosas veredes que farán fablar las piedras”( en algún texto aparece “tenedes” por “veredes” , no sea que alguien me lo reproche; aunque para la posteridad ha quedado esmaltada “veredes”).