Cuando terminé de leer-el fin de semana- The Ballad of Reading Gaol quedé impresionado por la fuerza lírica con que Óscar Wilde se adentra en los pormenores de los que están encerrados por distintas causas, sean erróneas o verdaderas, en la cárcel; en este caso, en concreto, por el ahorcamiento en la cárcel de Reading de un soldado de caballería de la Guardia Real, como consecuencia del asesinato de su esposa.
Su estancia en prisión, dos años, le hizo comprender la falta de libertad lo que supone; y es aquí donde describe la fatalidad de un hombre que le conduce al suicidio. Con el título In Memoriam C.T.W., sometime trooper of the Royal Horse Guards: Obiit H. M. Prison, Reading, Berkshire, July th 1896 desgrana unos acontecimientos que nos llenan de inquietud, de zozobra; hasta dónde puede llegar lo existencial cuando la vida se nos escapa; es realmente descorazonador la última estrofa-o a mí me lo parece-, que ya había repetido casi como estribillo: «And all men kill the thing they love, / By all let this be herard, / Some do it with a bitter look, / Some with flattering word, / The coward does it with a kiss, / The brave man with a sword!». Simplemente desconcertante. Tal vez, Wilde, dolido por la traición, también se aflige por quienes sufren los aciagos días entre rejas ( » I walked, with other souls in pain»).