Personales

Días de descanso

Los docentes, de vez en vez, necesitamos aire purificador para que el pensamiento no se atrofie y la lectura y el paisaje nos sirva de engranaje para la docencia. Con estas ideas pasé unos días en El Escorial; su nombre ya nos evoca algo más que purificación.

Imagen de la película extraída de "Internet"
Imagen de la película»

Antes de encaminarme hacia al cerro-como de pequeño denominábamos al pueblo en que nací-, estuve en el cine, anoche, invitado por el diario El País para ver la película «Tren de noche a Lisboa». Me encantó; esto es cine-cine; sin embargo, hoy, me desayuno con un comentario firmado por J.C. en el que emplea toda una frase altisonante «lleva al libro a imágenes con un academicismo desganado» del que se sirve Bille August para la película, cuando es el sustrato viviente. Por si faltara poco escribe que la crítica internacional «la sancionan como fósil fuera del tiempo»; claro, no nos dice quiénes; es muy típico de la crítica española cuando no tenemos qué decir, o simplemente no nos atrevemos a enjuiciar por el qué dirán. Realmente, no entiendo porque seguidamente emplea la expresión: «asumida su condición de anacronismo expresivo». Y así es toda la crónica, con frases hechas, manidas. Sinceramente, yo he visto otra película. Dudo que el periodista estuviera atento al porqué del filme, que además lo dice en varias ocasiones. De las tres películas a las que he sido invitado, hasta ayer, por el periódico es la única que merece la pena. Mi más entusiasta enhorabuena al director y a los que la hicieron posible. Dejemos que el pueblo hable y no leamos las crónicas, sería lo ideal.

Última escena de la película extraída de "Internet"
Última escena de la película
Novela

Ante una novela de Javier Marías

Aunque el autor deje entrever su poca admiración por Pérez Galdós-allá él-, sin embargo, hay galdosianos que sí leemos su prosa; vaya por delante que en casa lo primero que leemos los domingos del diario El País es su artículo-columna del suplemento.

He tardado tiempo en adminar su prosa, no sé los motivos, y seguro que no fue por Corazón tan blanco, obra que ha batido récords de lectura sobre todo en el extranjero. Caí rendido con Mañana en la batalla piensa en mí; pero, sobre todo con Tu rostro mañana. Ahora,  me enfrasco en su última novela Los enamoramientos-es un regalo que publicó en 2011. Ya el comienzo te impacta: «Desde el el primer día me saltó a la vista que eran matrimonio….» . Según he ido leyendo, páginas tras páginas, en el metro, en la calle, en casa, en la biblioteca, no he percibido el gran escritor de las dos nevelas citadas, eso sí te entretiene, pero esto en la novela no es todo.

Ya he mantenido, en varias ocasiones, que la dificultad en el amor estriba cuando solo uno/a lo está; y, sin embargo, no debería ser así, sino todo lo contrario; el estar contento, enamoradizo es una virtud que no todos los humanos poseen; y no se debe exigir que el otro/a esté en ese camino porque iría en contra de la libertad humana; pero, en todo debe predominar la generosidad, si no todo es baldío, falsía que conducirá a la ingratitud, a la crueldad. Lo que no entenderé es que conlleve violencia psíquica o física; me pregunto, entonces, ¿dónde el amor?  ¿No es grande sentirse amado por quien nada te va a pedir?

¿Se puede amar sin ser generoso/a aunque no esperes respuesta? Si recurres al regalo para conquistar a una persona, mal camino eliges; tal vez lo conseguirás, pero, ¿es sincero? Al final te sentirás inane y todo será fruto temporal.