He dejado que pasen unos días para que no me contaminase Sangre derramada de la misma autora por las escenas demasiado violentas, escabrosas, con que iban apareciendo según me acercaba al final. Por el momento, solo leeré esta. No me va estre tipo de novelar y más si es una traducción. En principio, me acerco a la lectura de Cuando pase tu ira con otra mentalidad.
El hecho de que una pareja se sumerja en un lago helado para observar los restos de un avión perdido en 1943 sin que tengan todo el cuidado posible por si fallan en el intento nos pone en aviso para prepararnos para una larga lectura.
La novela al igual que las otras dos que he leído tiene un cita bíblica; en este caso unos versos del libro de Job ( «¡Ojalá en el sol me escondieras, / me ocultaras hasta cuando pase tu ira, / fijaras una fecha para acordarte de mí!). Prosigue la cita con tres estrofas más.
Prefiero no comentarla, y más cuando mi opinión no coincide con tantos/as lectores, al parecer, en todo el mundo, o al menos en el norte de Europa. Pero hay que felicitarla por lo bien construida y el esfuerzo que ha puesto en tanto tiempo como ha dedicado para indagar hechos oscuros o científicos.