Con el teatro del absurdo se intenta dar una visión negativa de la sociedad. Durante la década de los cincuenta triunfó en Europa, y de aquí pasó a América. Se propaga lo absurdo de la vida con una concepción del mundo de angustia, miedo, muerte, vacío, soledad, incomunicación, para lo cual se valen de la expresión dramática con frases sin sentido, banalidades. El teatro del absurdo y el teatro de compromiso.
De todos los que has nombrado, creo que el que persiste con más éxito es Beckett (hace quince días ví una puesta de «Los días felices» hermoso texto donde una Winnie enterrada medio cuerpo en el desierto nos cuenta su día, en el segundo acto ya solamente se puede ver su cabeza y allí sigue ella, relatándonos como son sus días felices) y probablemente Brecht. Camus a lo mejor en Francia, pero Artaud, Genet e Ionesco…, lamentablemente como si no existieran. Aquí cada tanto renace algún Mihura (sobretodo «Las entretenidas»). Muy buen blog, te felicito.