Ensayo

El actor y la palabra. Breviario para actuar

«Este breviario para actores no es la Biblia«, advertencia del autor para los/as posibles lectores. Buen comienzo que se acepta, de lo contrario chocaría con el buen entendimiento a la hora de esparcir unas ideas que no pretenden ser el canon único; pero sí cabe la experiencia después de tantos años dedicados a esta materia. Su reflexión nos sirve para aposentarnos y después contribuir a expandir si conseguimos algo más que sumar. Al final, con toda seguridad, meditaremos qué es lo que se pretende. Su lectura nos cultivará desde muchos ángulos.

Que leamos a un filólogo y además especialista en W. Shakespeare no es fácil encontrarlo si también ha recibido el título «Oficial del Imperio Británico». La primera palabra es agradecimiento. La «emoción en la palabra» no siempre resulta fácil y debe prevalecer en el arte dramático; es cuando el escenario, entonces, se viste de hermosura. Es lo que se pretende con este «Breviario»: buscar la esencia, lo semiótico que nos eleve. Las notas, tanto teóricas como prácticas, son fundamentales; es donde el autor se encuentra al interrelacionar su sapiencia escénica después de tanto tiempo de entrega. El primer peldaño en el que debemos detenernos a propuesta de José Saiz Molina es en las dos primeras líneas del primer parlamento de la primera comedia shakesperiana en la que » le dice Valentine a Proteus: Cease to persuade, my loving Proteus. / Home- keeping youth have homely wits», pág. 14. Es la autenticidad del teatro o lo que nos lleva a la acción sea cual fuere.

La estructura de este ensayo parte de unos Preliminares (Prólogo. Una nota ahora que nos enfrentamos juntos a la quinta edición de ese breviario. Notas preliminares. Stanislavski y la palabra: un par de notas breves). Seis capítulos ( Traducción. El rumor del lenguaje. Verso. Magia en la escena. Gestualidad Los ojos, los labios, las manos. Estilo verbal. El volumen de la palabra. Técnica. Poseer y ser poseídos. Teatro. Belleza interior). Apéndice (Selección de parlamentos. Sobre la elección de parlamentos. Tabla resumen.. Selección de parlamentos). Glosario de términos teatrales). Bibliografía. Índice onomástico.

En el prólogo se vierten aspectos que un actor no debe olvidar, aun teniendo en cuenta el arte difícil que tiene entre manos para actuar. El autor recalca la tríada imprescindible: «el texto/verbo, el texto/cuerpo. el texto/gesto», pág.25. He aquí el resumen de una buena actuación en un escenario desnudo que el actor tiene que implementar. La palabra como algo sagrada-aunque el autor defiende lo contrario, o lo matiza- sin que el cuerpo o el gesto pueda sustituirla. Su final es más esclarecedor: …»la conexión del actor con el texto me parece una experiencia casi religiosa, una posesión mística», pág.28.

Las 31 notas preliminares son como faro que allanan el camino, siempre que tengas como base el texto, sea cual fuere; en él debe estar todo. El espectador espera que todo esté aunado para una buena representación y comprensión certera que es el final de lo que se pretende. La nota de Stanislavski en la que lo interior sobresale hay que tenerla siempre presente; hacerla tuya («sin dominio estilístico de lo verbal, los demás esfuerzos pueden llegar a ser inútiles». O también la nota breve: «Cada letra es una nota musical…, cada sílaba, cada palabra», pág 48. Estas notas terminan con el gran soneto de Lope de Vega. Detente, reflexiona, anímate a interpretarlo hasta el último verso: «Esto es amor: quien lo probó lo sabe». Más sencillez y perfección se nos escapa.

El rumor del lenguaje se adueña del personaje, de ahí la importancia de los que se consideran expertos a los que se deben tener en cuenta, imbuirte de ese halo que te hará ser mejor. Si no se llega a la comprensión total hay que reflexionar más o pedir ayuda que te beneficiará, pero siempre con el texto por delante. La palabra como base, como un revoloteo que debe primar en el escenario en que actúas para un público absorto en lo que pronuncias, que sabrá discernir lo semántico con el movimiento, los gestos, en un entorno propicio. El rumor es algo más que un aleteo en la representación y más cuando se necesitan unas pausas para que el silencio sea el protagonista, para que el espectador reflexione, se convierta en copartícipe de lo que observa.

Si algo nos introduce en la representación es el verso. Es la herramienta capital para conseguir la interioridad de quien está representando; es el aire que se necesita, igual que en las obras velazqueñas, que se necesita para comprender mejor los cuadros. Ese mirar detenidamente o memorizar es clave ante la complejidad que puede surgir ante la emoción versal. Es este cuadro en que está la forma de actuar hay que añadir «los ojos, los labios, las manos…» , en la que gestualidad se yergue con el texto. Las posibilidades se agrandan si estamos inmersos y hacemos nuestro con lo «interiorízate» que debe prevalecer, para que la musicalidad verbal nos visite; sin esto, difícilmente, tendrá una buena actuación, el público lo percibirá y, tal vez, al final puedan más los pies que las manos. Y cómo no destacar en este breviario «la belleza interior»; deberías «ir construyendo un mundo interior, un paraíso interior que sea mil veces más bello que el que los mortales perdemos cada día», pág. 119.

Como práctica viene un Apéndice con el que podrás desarrollar tus dotes después de haber leído y comprendido la teoría. El objetivo: «constituir un espacio escénico adecuado para poder trabajar todas y cada una de las propuestas». Se han seleccionado una serie de parlamentos extraídos de obras significativas de Shakespeare en bilingüe. Pueden ayudarnos el «glosario de términos teatrales» y, sin duda un » Índice onomástico».

Conejero-Tomás, M. Á, El actor y la palabra. Madrid, Cátedra, 2024, 217 págs.

Cantando sobre el atril by Félix Rebollo Sánchez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 España License